La hipoteca puente se ofertó y utilizó mucho antes de la crisis para quienes tenían que comprar una vivienda sin haber cancelado la hipoteca de la anterior y, claro, sin haberla vendido.
Se hablaba con el banco y en una sola hipoteca metía las cuotas de la casa que se quería vender y las de la nueva vivienda, que se podía comprar sin haber vendido la anterior.
Durante la crisis estas hipotecas desaparecieron del mapa, llegando a ser casi tabú para la banca, era casi como mentar la bicha. Son arriesgadas porque básicamente consiste en financiarte dos casas, pagando cuotas más baratas y con la promesa de vender la primera en un tiempo acordado con el banco, que suele oscilar entre los 6 meses y los 5 años.
En esos años negros los pisos bajaron de precio, el poder adquisitivo de muchas familias también cayó y vender un piso era casi misión imposible, un proceso más lento que el caballo del malo. Los carteles se amarilleaban y, además de usureros y cotillas, te llamaban las pocas agencias inmobiliarias que quedaron en pie y algún que otro interesado real de vez en cuando.
Pero ahora la cosa ha cambiado. Del 30-40% que bajaron los pisos de precio, se ha recuperado algo y siguen subiendo un poquitillo cada año. No hay más que ver que las inmobiliarias han resurgido como champiñones desde hace un par de años. Desde finales de 2013 la banca empezó a abaratar las hipotecas y a querer darlas. El grifo se abrió, hubo guerra de precios para bajar del Euríbor + 1,95% con el que se rompió el hielo hasta llegar al Euríbor + 1% actual.
La hipoteca puente sería a día de hoy la solución para muchas personas que quieren cambiar de casa pero no tienen agilidad porque están atados a la hipoteca de su vivienda actual. ¿Es que los bancos han vuelto a dar hipotecas puente? ¿Pero eso todavía existe?
La crisis ha cambiado bastante el sector y la forma en que la banca da las hipotecas. No obstante, si preguntas directamente a tu banco y estudia tu perfil, quizá te sorprendas al ver que te puede dar unos de estos productos. La banca no promociona ni publicita este tipo de hipotecas, pero si preguntas por ellas, estudian el caso y te dan una respuesta.
Eso sí, se tienen que alinear los planetas: quieren ingresos estables y lo más elevados posible, antigüedad laboral, que además de la hipoteca no tengas otros préstamos (personales, estudios, coche…), no hayas sido moroso/a en tu vida y tengas ahorros para la nueva casa, ya que sólo en rarísimas ocasiones prestan el 100%.
Entre sus ventajas está que la cuota es más barata que si tuvieras dos hipotecas y que te pueden dejar un periodo de carencia, o sea un tiempo pagando sólo intereses, hasta que vendas el piso. Pero… ¡¡Ay si no lo vendes a tiempo!! Marrón a la vista. El próximo día veremos detenidamente todas las ventajas e inconvenientes.