Quién nos lo iba a decir… Pero asín es y asín se lo han buscado los bancos. A día de hoy, para más de la mitad (57%) de los pisos que se compran en este país no hace falta firmar una hipoteca con el banco.
Mientras que justo antes de la crisis, hace 5 años, el 70% de la gente que compraba vivienda necesitaba que el banco le diera una hipoteca, esta cantidad ha bajado al 43% en los tres primeros meses de este año, según los datos que maneja la Oficina Estadística del Notariado.
Y de esto los notarios saben tela porque para eso son los que cobran un pastizal por dar fe de que te compras un piso.
Se compran menos pisos con hipoteca porque no sólo es que odiemos a los bancos, no nos fiemos de ellos y pasemos de esclavizarnos a base de intereses abusivos durante media vida…
También es que han cerrado el grifo, tienen tantos problemas para aflojar la mosca que ahora necesitan ser rescatados y se niegan a darte un sólo céntimo si no es para que cargues con uno de los pisos que tienen embargados a particulares o promotoras inmobiliarias que no podían devolverles el préstamo.
Por si esto fuera poco, el que tiene cuatro duros no se fía de meterlos en el banco. Entre las preferentes y las obligaciones que retienen y ya veremos si devuelven, la porquería que te dan por meter el dinero en un depósito, la quiebra de muchas entidades y los problemas económicos de otras tantas, ¿quién confía en los bancos?
Ante las exigencias que además nos ponen para darnos una hipoteca, la gente ha empezado a recurrir a los ahorros propios o a lo que recolecta entre la familia. ¿De qué si no se puede comprar una vivienda, si de repente no somos ricos, más bien al contrario? Salvo que se compre para invertir y especular, como antaño.
Con esto de que los bancos ya no sueltan dinero, los prestamistas privados se están poniendo las botas. Fatal hecho porque cobran intereses aún mayores que las entidades financieras, pero para algunos parece la única salida o ni siquiera se plantean que son otros buitres con distinto pelaje.
Además, constructoras y promotoras se han visto en la obligación de financiar ellas mismas la compra de los pisos que construyen o promueven con tal de venderlos. Y es que los bancos les hacen la competencia que da gusto con tantos pisos por vender y les perjudican porque, como decía antes, sólo dan dinero para los inmuebles que ya tienen embargados, no para los de otros.
Otro factor a tener en cuenta es la caída del precio de la vivienda en toda España. Tanto los que venden pisos nuevos como de segunda mano ya no saben si dejarlos a un euro o regalarlos con tal de sacudírselos de encima más rápidamente de lo que el Rey se ha quitado a Urdangarín de la foto de familia.
En resumen, no es que no necesitemos a los bancos, es que hay que buscarse la vida para comprar un piso, y eso que ahora la hipoteca media ya no es de 150.000 € sino de casi 100.000 €. Pero es igual, aquí hay crisis en todo.