Con la mala leche de un pirata y los modos de una damisela, el BBVA se ha liado la gomina a la cabeza y, sin cortarse un pelo, ha lanzado una campaña para robar descaradamente a otras entidades bancarias clientes con hipotecas ya concedidas.
En los tiempos de la burbuja, las entidades financieras solían hacer alguna que otra campaña con este fin, pero ahora el pirateo es incesante y, ante la necesidad de tener pasta, los bancos y cajas están dispuestos a hacer lo que sea, aunque eso signifique romper la regla no escrita de sacarse los ojos entre ellos.
Después de comprometerse a regalarte el 1% de la hipoteca de la casa y de jurar y perjurar (solo en la publicidad, of course) que conceden hipotecas, este banco ha pasado a palabras mayores.
Con la que llama hipoteca online BBVA, te regala 2.000 euros nada más llegar y te pone unas condiciones de Euríbor + 0,49% (un chollito para los diferenciales que hay por ahí) a cambio de, qué minucia, domiciliar recibos y la nómina y esas cosillas tristemente habituales en otras hipotecas como los seguros de vida y hogar, el plan de pensiones y el chocolate del loro.
Han demostrado ser bastante rastreros a la par que bastante listos. ¿Para qué gastarse los cuartos en estudiar a gente que ya han estudiado otros con la conclusión de que pueden ser solventes?
Para tapar los agujeros de los pisos embargados e invendidos y del dinero prestado a inmobiliarias, políticos y demás morosos VIP, donde por supuesto no estamos ni autónomos, ni pymes, ni hogares, los bancos ya no saben de dónde sacar los cuartos para que papá Banco de España no les apriete más las clavijas por no hacer los deberes ni estar a la altura de las circunstancias en la crisis, que ellos mismos ayudaron a provocar.
El resultado es esta apuesta cobarde pero tal vez efectiva que trata de seducirnos con placeres como aplazar dos cuotas de la hipoteca al año, rebajas de hasta el 30%, ampliar o reducir los plazos de devolución según nos convenga y cambiar el tipo de interés variable a fijo.
Lo novedoso es que tienes que contratarlo todo online; novedoso para el BBVA porque éste es un viejo sistema para otras entidades de color azul, naranja e incluso para las hipotecas arcoiris que concede San Pedro a las almas más desesperadas. Toma ahorro de costes en atención al cliente y papeleos asociados y toma ahorro de gente mendigando pasta en las sucursales.
Lo demás es lo de siempre: solo dan el 80% del valor de la tasación del piso y, ajajá, solo para préstamos superiores a 150.000 euros. Una maniobra más del banco de las mil consonantes que no abre camino para los que quieren hipotecarse por primera vez y de una vez por todas.