Detrás de las ofertas de hipotecas hay algo más que buenas palabras. Años sin dar un céntimo o dando lo justo, lo mínimo tirando a nada, y hace 9 meses que Bankinter, Santander, CajaSur e ING rompieron el silencio y la sequía hipotecaria con ofertas que parecían de otro planeta.
Euríbor + 2% se veía como un gran avance. Por fin había otra vez anuncios de hipotecas en las marquesinas de los autobuses, los periódicos, internet, la radio y los escaparates de los bancos. Parecía que eran grandísimas ofertas, pero… ¿Qué se esconde tras el anuncio de una hipoteca?
Pues aparte de la intención del banco de venderte un producto con el que gana dinero, hay algunas condiciones que no vienen en la publi y a veces ni siquiera en la página web. Los bancos son oscurantistas, ocultistas, expertos en el arte de gritar a los cuatro vientos lo que quieren que sepas y de disimular lo que no mucho mejor que una faja tapa los michelines.
Detrás de esos nuevos diferenciales se esconden cosas como mucha vinculación: contratar seguros, tarjetas, planes de pensiones y otras historias para obtener ese diferencial que luego no es tan estupendo como parece. También hay comisiones: por pagar parte del préstamo (amortizar) anticipadamente, por cancelar la deuda, por estudiar tu caso, por llevarte la hipoteca a otra entidad (subrogación)…
No olvidemos que las hipotecas son más un favor que le hacemos nosotros al banco que a la inversa. La banca gana mucho dinero o no lo haría. Tanto es así que, esté como esté el mercado, pase lo que pase, lo calculan todo para no dejar de ganar. Que va a bajar el Euríbor, cláusula suelo al canto. Que sigue bajo de narices, diferenciales altos e interés fijo los primeros años. Que bajamos el diferencial, pues aumentamos la vinculación y las comisiones.
Toda publicidad destaca los puntos fuertes del producto, resalta lo más atractivo y nos llama la atención con lo que queremos ver y oír: una casa de ensueño, un ático, un chalé, las llaves de un piso… Y oculta lo que no le interesa comunicar porque de lo contrario ni Blas iría a preguntar nada.
Del tipo de interés fijo que te calzan el primer año no presume ningún banco. La comisión de apertura y las cláusulas abusivas no son vox pópuli. Que sólo dan el 80% de la tasación o del precio del piso no te lo dice el cartel. Todo esto tienes que averiguarlo, a veces con mucho esfuerzo. Por eso conviene preguntarlo todo hasta la saciedad, comparar muy bien las ofertas con las de otros bancos (cuantos más mejor) y bucear en sus páginas web para no quedarse en la superficie.