Los bancos se están dando vidilla en la concesión de hipotecas. No es que todos tengan el mismo interés en conceder préstamos, porque no a todos les urge igual aumentar su cartera de clientes para compensar las hipotecas que se han ido cancelando. Pero sí que se ve que los que quieren, pueden.
De ahí que se estén viendo hipotecas preaprobadas en 48 horas con sólo una llamada o simulación en internet, la concesión de préstamos personales en 24 horas o una mayor financiación a las empresas.
Todo empezó hace algo más de dos años cuando Bankinter, seguido de Cajasur, Santander e ING lanzó la primera hipoteca con un diferencial inferior al 2%. Desde aquel pistoletazo de salida, la mayoría de bancos han entrado en una férrea competición por nuevos clientes, bajando diferenciales y mejorando las condiciones de sus hipotecas, incluso varias veces en un mismo año.
Los diferenciales más competitivos ya están por debajo del 1%, si bien aún muchas ofertas esconden una vinculación (seguros, tarjetas y otros productos) que encarecen por otro lado lo que parece que te ahorras con el diferencial.
Aún así, es notable el aumento en la concesión de hipotecas que se ha visto en el último año. Uno de los casos más claros es el de Bankinter, que ha aumentado miles de millones su facturación, seguido de ING.
Al banco holandés le puedes llamar por teléfono o aportar tus datos por la web y en un par de días te contestan si te dan o no hasta el 80% de lo que vale tu nueva casa. Si tu solicitud sale preaprobada en unas semanas recibes en casa un sobre con los papeles a rellenar y una lista de la documentación que debes aportar para demostrar que mereces esa hipoteca (nóminas, declaración de la renta, etcétera).
Vivimos el mejor momento, el más dulce para pedir una hipoteca que se ha vivido en los últimos cinco años, y eso que muchos quedan fuera del mercado por sueldos bajos, inestabilidad laboral, poca antigüedad en el trabajo o falta de ahorros. ING y casi todas tienen el techo en el 80% de lo que vale el piso, por lo que esperan que tengas ahorrados los gastos de compraventa (alrededor del 10% del precio de la vivienda) y el 20% que no financian.
Si algo ha aprendido la banca de la crisis es que no se puede prestar más si no quieren después comerse los pisos con patatas en caso de impago. Y que tienen que ser más estrictos con los requisitos si no quieren que dejen de pagarles.
Si éste es el año en el que has pensado comprarte una casa y tienes ahorros y estabilidad económica y laboral, adelante, esta vez sí puedes encontrar la puerta del banco abierta, pero mira muy bien la hipoteca antes de firmarla, negocia el diferencial y no aceptes vinculación que encarezca el préstamo.