Las hipotecas serán otra vez más caras porque el Euríbor está viviendo la mayor subida desde julio de 2008 y la cota más alta de los dos últimos años. El Euríbor cierra marzo provisionalmente en el 1,924%, encareciendo las hipotecas más de 50 pavos al mes, es decir, más de 600 pavos al año.
Era de esperar. El que antes del verano pasado estuviera tranquilo y apacible en mínimos históricos, ha vuelto a dar la campanada, el do de pecho y la nota, marcando la que con toda seguridad será, en mucho tiempo, su última cifra por debajo del 2%.
A pesar del pack terremoto + tsunami de Japón, los tipos de interés aumentarán -y mucho más que ahora- tras el 7 abril, cuando el Banco Central Europeo (BCE) acometa la subida con la que lleva amenazando la tira de tiempo.
Aunque al principio parecía lo contrario, al BCE se la trae al pairo que aún estemos en crisis y sigue con una subida de tipos entre ceja y ceja, porque las movidas que hay en los países árabes impactan más en la economía mundial que el desastre vivido por los japoneses. Los carburantes, los carburantes… Si por algo llaman al petróleo el oro negro.
Pues eso, que el incremento de precios generalizado que produce la subida de los carburantes es el culpable de que nos vayan a costar más caros los pisos a raíz de la subida de tipos de interés que pulverizará el estupendo 1% en el que han estado tanto tiempo.
La incertidumbre económica a gran escala y la desconfianza con la que los bancos se tratan, se prestan dinero y se miran entre sí de reojo, tampoco ayudan y hacen que, a pesar de estar oficialmente en el 1% mencionado, el Euríbor esté en casi el doble, que a fin de cuentas es lo que nosotros pagamos.
Los tipos bajos no ayudan a que se aumente el número de hipotecas, que según UGT bajó más de un 15% durante el año pasado, ni tampoco los embargos. La Asociación de Afectados por Embargos y Subastas (Afes) calcula que 350.000 familias perderán su casa durante los próximos 5 años.
Aunque la mona se vista de seda, ni mona se queda. Por mucho que los políticos de turno intenten pregonar que todo va bien, y que irá aún mejor (¿de verdad que no querían decir peor?), la realidad es diferente. O si no que se lo digan a las 160.000 familias que tienen embargo de la casa atascado en los juzgados. Verás tú cuando se resuelvan… No va a quedar gente con piso, ni banco sin más casitas que la Preysler.