Cuando creíamos que lo habíamos visto todo en abusos hipotecarios aparece en escena una nueva queja por timo bancario, que parece que actualmente están sufriendo todos los clientes con hipoteca en Unicaja.
No tiene nada que ver con la cláusula suelo, aunque también está relacionado con los intereses que se paga en la cuota. Se calcula que cada hipotecado está pagando unos 6 ó 7 euros más al mes, lo que se traduce en jugosos beneficios de 200 millones de euros para la entidad.
Muchas personas que tienen su hipoteca en esta caja malagueña se han constituido como grupo de afectados para poder preguntar al juzgado a cuánto asciende realmente el número de perjudicados, que se estima en 100.000.
No es precisamente un timo nuevo. Esto de redondear al alza el interés de la hipoteca es algo más antiguo que la tos, que ya no hace ninguna otra entidad bancaria en España y que proviene de una norma muy extendida antes de que la Democracia.
El portavoz del grupo de afectados dice que Unicaja mantiene esta práctica abusiva porque piensa que, uno por uno, a los clientes no les merece la pena demandar, por el tiempo, dinero y desgaste que les supone. Pero demandar juntos es otra cosa: la unión hace la fuerza y se salvan mucho mejor los 300 euros de tasas judiciales que hay que pagar con la demanda.
Unicaja es una convenida. Así como a los hipotecados les calza ese dinero, no se porta igual con los intereses que paga a los que tienen depósitos. A estos no les redondea nada y menos al alza.
Si se demuestra que existe este fraude y que se debe dinero a los clientes, Unicaja lo lleva claro. Ya tuvo que ver cómo una sentencia judicial le obligó a eliminar la cláusula suelo de 28 hipotecas y a devolver a los clientes casi 19.000 euros, cobrados de más cuando el suelo estuvo vigente en sus hipotecas. Mientras le iban lloviendo las demandas, Unicaja capeó el temporal intentando bajar el suelo de los clientes, con los que negociaba individualmente para evitar que le cayeran más denuncias.
Tiempo después, en mayo de este año, otra sentencia judicial obligó a la entidad malagueña a devolver algo más de 30.000 euros a 7 clientes que demandaron agrupados en Adicae. El juez entendió que la contratación del suelo había sido menos transparente que un vaso negro y que, por tanto, tenía que desaparecer a la par que los clientes recuperaban el dinero.
Los juzgados malagueños son bastante severos con los abusos hipotecarios, así que con este nuevo tema la caja tiene mucho por perder si se demuestra que se trata de una práctica abusiva.