¿Volverán los pisos a costar lo que deberían y lo que valen realmente? ¿Bajará por fin el precio de los pisos? En Ejpaña, donde las casas están sobrevaloradas un 50%, los sueldos -que nunca han sido de escándalo- han bajado un 30% durante la crisis y donde las hipotecas se dan cuando los bancos quieren -casi nunca- y para los pisos que quieren -los suyos-, es imposible decir que el mercado inmobiliario se haya estabilizado.
Los pisos, que en los últimos 25 años han subido el 1000% en algunas ciudades, deberían seguir bajando de precio hasta que solamente dediquemos a pagarlos el 30% de nuestros ingresos durante no más de 15 o 20 años, y sin que el embargo nos amenace más que el lobo a Caperucita Roja.
Los pisos han bajado en 2010, según quien te lo cuente, entre un 3,9% (dice Tinsa) y un 5,11% (constata pisos.com), acumulando un 15% en lo que va de crisis y sin perspectivas de volver a las barbaridades que se pagaron entre 2003 y 2006, justo antes de que se pinchara la burbuja inmobiliaria.
Esto no es suficiente ni siquiera para el (ir)responsable de Vivienda, José Blanco, y el padre de todos los bancos, el Banco de España, que coinciden en que los pisos deben bajar de precio para terminar con el millón y medio que hay sin vender.
Los particulares sí que están bajando algo, hasta un 30% o más, con tal de vender de una puñetera vez el piso para el que ya han comprado 5 carteles, de los que se han amarilleado los 5.
Los promotores se resisten a bajar para no palmar pasta, pero alguna promoción que otra están haciendo, poniendo la imaginación en marcha y poniéndose a cubierto de los bancos, que con miles y miles de pisos embargados se han convertido en las grandes inmobiliarias de nuestros días porque además de venderte el piso, te lo financian. ¿Qué inmobiliaria hace eso? Incompetible.
Los bancos tampoco están bajando ni están sacando a la palestra los pisos buenos, los chollos, los bien ubicados, en buen estado y a buen precio, porque los guardan para venderlos más caros de lo que valen. Los compradores no somos tontos, y hasta sus empleados están esperando a comprar para cazar la ganga y la oferta, cuando a los bancos no les quede más remedio que bajar algo el precio. El pulso está en marcha.
Los bancos tendrán que bajar, porque los pisos, tanto los buenos como los malos, están sin vender y ya les empieza a urgir transformar los ladrillos en dinero. Es que si no, se van a juntar con más pisos todavía: los de los promotores cuya deuda vence este año y los de los nuevos embargos, que podrían superar los 118.000 del año pasado.
En resumen, aquí es más difícil comprarse casa, y a buen precio, que encontrarse en el bar a Carmen de Mairena.